martes, 21 de agosto de 2007

Del Amor y la Paciencia


Una vez escuché a una mujer preguntarle a su pareja, a propósito de una diferencia de opiniones acerca de la cual llevaban bastante tiempo tratando de ponerse de acuerdo, ¿Qué se me irá acabar primero, la paciencia o el amor? Esta pregunta encierra una verdad muy profunda; el amor es por esencia paciente y tolerante, y esto explica en parte la abnegación de los padres en el cuidado cotidiano que le dan a sus hijos.El amor que se siente por los hijos hace que la paciencia sea una de las virtudes que están más presentes en una maternidad nutritiva. Los padres deben con frecuencia postergar sus propias necesidades e intereses para atender las necesidades de los niños, lo que es un sacrificio cuya única recompensa es la felicidad de los hijos.Cuando un día sábado después de una semana de trabajo agotadora usted se levanta temprano para salir con sus hijos, cuando en realidad hubiera preferido quedarse durmiendo hasta tarde, pero parte con su mejor cara dispuesto a disfrutar de la aventura, es una expresión de su amor. Para que este amor sea percibido por los niños se requiere que sea entregado con una actitud positiva. Si la salida se hace con cara de víctima o regañando y quejándose sin parar, quizás sería mejor que se quedara durmiendo.Desafortunadamente, la paciencia no se compra en los supermercados y no sólo se explica desde el amor, sino que también se puede ir perdiendo desde el cansancio y desde los problemas familiares que son una fuente de estrés. Cuando el niño o la niña percibe que sus padres pierden con mucha frecuencia la paciencia y por detalles sin importancia, y que en esta situación se enojan o los castigan más de la cuenta, tienden a interpretar este hecho como desamor. Y lo que es peor, en muchos casos pueden atribuir este desamor a una falla de ellos, percibiéndose entonces como "no queribles".A veces en los momentos en que se pierde esa virtud, se dicen adjetivos muy hirientes sin pensar cuán dañinos pueden ser, como por ejemplo "cómo puedes ser tan inútil'. Estas exclamaciones la mayoría de las veces no reflejan lo que el papá o la mamá quisieron decir, sino que son producto de la ofuscación. Pero no se pueden borrar y entran en la mente del niño o niña como la opinión de personas más significativas como son sus padres. Si usted está perdiendo la paciencia por cosas triviales y percibe que esto está dañando su relación con su hijo, revise su estilo de vida. Una de las competencias parentales más importante es saber pedir ayuda cuando se necesita. Si no lo hace por usted, hágalo por sus hijos. La paciencia es percibida por sus hijos como una expresión de su amor por ellos.

Por Neva Milicic

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