El proyecto de Ley General de Educación que el gobierno envió al Congreso, desde sus inicios ha enfrentado una serie de críticas e incluso rechazo desde los más variados sectores educativos. Lo mismo ocurrió con el texto que crea la Superintendencia de Educación, lo que demuestra que los lineamientos o la mirada con que se están abordando las políticas en esta área no representan la visión de los expertos o de quienes trabajan más de cerca en cada escuela, como tampoco de la ciudadanía en general, ya que no parecen dar respuesta a los problemas que enfrentan hoy profesores, alumnos, padres y apoderados, directivos, sostenedores e incluso autoridades educativas.
En este escenario, la Alianza elaboró una propuesta que en mejor forma se hace cargo de los diagnósticos y proposiciones que presentan un mayor grado de consenso, buscando alejarse de las posturas más extremas, en orden a alcanzar acuerdos que beneficien al país. Consecuentemente, la línea general de esta iniciativa es dar una mayor relevancia a las políticas educativas y, por tanto, crea una institucionalidad acorde a ello (Consejo Nacional de Educación autónomo, un Sistema de Aseguramiento de la Calidad conformado por expertos, enfocado en los resultados, con independencia políticas entre otros).
El productivo debate que se ha presentado luego de conocerse ambas iniciativas da cuenta del alto grado de aprobación que tiene la idea de generar un proyecto educacional que represente al país y que aborde las áreas que realmente necesitan modificarse para mejorar la educación, con un análisis objetivo y basado en la evidencia. Lo anterior requiere voluntad y altura de miras, ya que el trabajo demandará tiempo y se requerirá la creación de una nueva propuesta consensuada, dejando de lado la idea de “parchar” el proyecto que ya ha sido presentado por el gobierno o de “negociar” los artículos que requieren un mayor quórum.
Pero de seguro es un ejercicio que vale la pena, en cuanto, tal como ha sido reconocido por el ministro de Economía para el área de innovación y por el prestigioso Instituto de Chile para educación, éstos son temas tan relevantes —debido al impacto que tienen sobre el desarrollo y bienestar de un país—, que las propuestas que se generen para dichas áreas requieren apoyos transversales.
Carolinba Velasco. LyD (La Segunda)
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