“Fantasías, 10 años de cirko”, es el nombre del montaje, que recrea un circo a través de una decena de marionetas de diversos tamaños, 12 actores y cuatro músicos.
“Con la compañía pensamos cuál era la mejor forma de celebrar, cómo hacemos un cumpleaños para nuestro público. Entonces dijimos hagamos una fiesta, y lo más cercano a una fiesta para un niño, es un circo”, explica Moulian.
Después de decidir el tema, la compañía se enfrentó al problema de cómo crearlo a la manera de Kerubines: “Hicimos una carpa y adentro mezclamos marionetas con personajes interpretados por actores. Hay marionetas de un metro y medio y también trapecistas chinos que son manipulados por dos actores cada uno”.
La historia describe un circo de escasos recursos, donde un niño se crió con la leona después de la muerte de su madre en el trapecio. La obra transcurre cuando se está preparando una función de gala, a la que asistirá la Ministra de Cultura, para recaudar fondos y poder seguir viviendo.
Los circenses deciden contratar a unos trapecistas chinos para impactar a la ministra, y los payasos los llevan a recorrer Santiago. Entonces sucede la catástrofe, porque los trapecistas se emborrachan y no pueden hacer el número final.
Ante la desesperación del señor Corales, el niño, que está de cumpleaños, pide que lo dejen intentar con El vuelo el ángel, número que hacía su mamá. La compañía Kerubines demoró alrededor de un año y medio en dar vida a Fantasías, 10 años de teatro. El montaje mezcla marionetas con personajes humanos. Así, el señor Corales y los payasos son interpretados por actores, en cambio el niño es una marioneta de un metro y veinte centímetros, manipulada por tres actores.
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